![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9_Dew1rnt4qi9EkWbubO9-zWtQv-bDwB9eDgcCERSU5X8zY7yrYayFE9J-Wj1f3DdtVuhz5hkli2ZTzpR70vZ7HWjjqbUL5vpFGhv2VhX6Zm31XlF4i6d0o9BPqwdDsaaIM9n4jHWHys/s320/Guitarra.jpg)
Mi primer contacto con el mundo de las cuerdas fue gracias a mi tía Alicia, que tenía una bandurria. Me fascinaba aquel pequeño instrumento capaz de producir notas tan chillonas. A partir de ese estímulo me decidí a pedir una guitarra. Es ésta, en una foto de 1959. Tenía todavía los viejos clavijeros, que eran un auténtico infierno porque las piezas de madera se rompían o desafinaban con facilidad. La perdí en alguno de mis traslados, en los años 80. Y lo siento.
Hay que reparar en la decoración totalmente "cincuentera" del comedor que aparece al fondo. Los muebles "nórdicos" y los papeles decorados en la pared. Hoy parecen de pesadilla o película de Almodóvar, pero en aquel momento eran lo "último" en moda y decoración.