miércoles, 3 de diciembre de 2008

PLAYA Y ESPÍRITU





Es curioso como ciertos paisajes te persiguen toda la vida. He tardado muchos años en comprender que la combinación del mar, la playa, la arena, el horizonte, era un decorado casi espiritual al que una y otra vez voy a refugiarme. Desde la Empúries de mi infancia a la playa de Calella de la adolescencia, Ibiza, Menorca, Mallorca, Formentera...

Aquí estoy en la playa de Calella el año 1971, en pleno invierno y en medio de unas inundaciones. Lo recuerdo por las botas de agua que me compré para poder llegar al apartamento.

Un paisaje del espíritu.

No hay comentarios: