jueves, 22 de enero de 2009

UN REPORTAJE SOBRE SUÁREZ


En 1978 viví en Ibiza, para trabajar en la edición ibicenca del "Diario de Mallorca". Fue una gran experiencia, sobre todo porque sólo éramos dos (Iñigo Morales de Rada y un servidor) y nos tocaban todo tipo de noticias. Una de la más divertidas fue el seguimiento de Suárez, que se presentó aquel agosto con Abril Martorell a bordo del yate "Ion".

El entonces presidente del Gobierno llegó en medio de aparatosas medidas de seguridad. En el aeropuerto nos hizo unas breves declaraciones: "Espero no molestar a nadie". Yo por aquel tiempo hacía gacetillas para una agencia nacional y corrí a una cabina para pasar la noticia. Entonces había unos mecanógrafos, cachazudos y siempre de mala leche, que te tomaban las crónicas. Aquel se confundió por completo y puso que Suárez había dicho que "espero que no me moleste nadie". Así se escribe la historia.

Nosotros seguíamos al yate como cuervos. Nos hicimos incluso amigos de los escoltas, que nos contaban intimidades. Como por ejemplo que todos los pasajeros incluyendo al presidente estaban llenos de magulladuras y cardenales por los golpes de mar.

En Sant Antoni, nos plantamos delante de la embarcación dispuestos a no salir hasta que Suárez nos dijera algo. Finalmente accedió, y subimos a la cubierta después de dos o tres horas de plantón. Suárez estaba muy moreno, lleno de moratones en las piernas, y fumaba mucho. Nos dijo, exigiendo "off de record", que Ibiza estaba lleno de "mujeres muy guapas" y poco más.

Unos días después conseguí arrancarle unas delcaraciones a Abril Martorell donde avanzaba que se suprimiría la obligación de tener carnet para ser periodista. Se armó un buen follón y luego él lo negó. Pero así fue.

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